Lo anterior, ha traído como consecuencia una convivencia conflictiva, entre el uno y el otro, no sólo en el contexto social, sino en el espacio virtual de las aulas. A raíz, de lo anterior, la democracia tiene que ser cultivada como un valor social desde el espacio virtual, critico y racional de la escuela. Para ello, es recomendable concebirla como una oportunidad de convivencia en donde los estudiantes, desarrollen y fortalezcan valores paralelos que la consoliden. Dentro de los que podemos enunciar: el rescate y adecuado manejo de los recursos etnológicos, la cooperación permanente entre pares para el manejo y la solución de conflictos, intra y extraescolares; la inclusión de las minorías, el respeto a los derechos humanos y la coexistencia de la diversidad.
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